Por qué no me quiere

08/03/2016 Psicología

Alberto Hidalgo

«¿Por qué no me quiere?», es una pregunta que se hacen muchas personas cuando las cosas no van bien en su relación amorosa o de seducción. Quieren saber cuál es la razón por la que eso sucede, por qué la otra persona no siente lo mismo que ellos/as.

Generalmente, tratan de buscar una sola razón que lo explique, un motivo que les permita entender qué está pasando. Sin embargo, las personas no funcionamos en modo «mono-razón», hay multitud de razones que confluyen y, todas juntas, dan como consecuencia el que sintamos o no sintamos algo por alguien. Y por si fuera poco, muchas de ellas suceden inconscientemente. En muchos casos, no sabemos muy bien por qué sentimos lo que sentimos, o por qué no sentimos lo que se supone que deberíamos sentir.

Tratar de averiguar los motivos está bien, siempre y cuando no caigamos en «porque-itis». Aunque, como decía, existen multitud razones por las que alguien puede sentir por otra persona algo, o no sentirlo, voy a realizar un resumen de éstas, y las voy a dividir en tres grandes grupos.

1) Variables internas de la persona a la que queremos conquistar. Aquellas que están muy relacionadas con la identidad de la persona, y hace que tenga una serie de preferencias personales en el amor.

Por ejemplo, hay hombres que les gustan tímidas y recatadas, y a otros por el contrario les gustan valientes y decididas. Hay mujeres que prefieren hombres formales, responsables y racionales, pero otras prefieren a hombres pasionales, aventureros y emocionales.

Este tipo de preferencias vienen influidas por múltiples factores previos: la educación recibida, sus valores, sus creencias, su edad, su tipo de personalidad, sus vivencias de amor anteriores, etc.

Estas variables són sólo «preferencias», no son inmodificables, por algo se llaman «variables», no «constantes». Cuántas veces hemos visto, por ejemplo, que una persona siempre se había sentido atraída por un determinado tipo de persona, y después, se ha enamorado de otra completamente diferente a lo que habría sido lo típico en ella.

2) Variables de contexto, o circunstanciales. Aquellas que están presentes, en un momento concreto, y que están afectando, de manera circunstancial, a las decisiones de esa persona. Por ejemplo, que conozcamos a una persona cuya madre esté enferma, o que esté estresada y preocupada porque no encuentra trabajo.

3) Variables de interacción entre ambos. ¿Cómo actúa el conquistador, o la conquistadora, sobre la persona que quiere conquistar? Por ejemplo, cuando ésta no responde como desea, ¿insiste con más intensidad, o lo contrario, afloja el ritmo y le da su espacio?

Los tres grupos de variables influyen a la hora de entender por qué determinada persona no siente lo que debería sentir por alguien, o sí lo siente. Sin embargo, sobre los dos primeros grupos apenas se puede hacer nada, porque difícilmente cambiaremos la personalidad de alguien, sus valores, sus creencias y, en la mayor parte de los casos, tampoco podremos cambiar el contexto que está viviendo esa persona en ese momento.

Por tanto, para mejorar las posibilidades de que alguien sienta algo por nosotros, tendremos que enfocarnos en el tercer tipo de variables, es decir, en cómo actuamos a la hora de conquistar a esa persona. En relación a esto, podríamos preguntarnos muchas cosas importantes para mejorar la situación, como vimos aquí, por ejemplo, ¿me encuentro feliz y bien, conmigo mismo/a, cuando trato de conquistar a esa persona? ¿Le ofrezco tristeza, o alegría?

Cuanto más infeliz estemos siendo al tratar de conquistar a alguien, menos podrá enamorarse de nosotros. Esto es matemático.

En resumen, si te preguntas, «¿por qué alguien no te quiere?», puede ser, simplemente, por alguna razón que pertenece a su propia identidad y que no tiene nada que ver contigo: alguna preferencia personal sobre el amor, una tendencia, un impulso que le hace sentir amor o no sentirlo.

En la mayor parte de los casos, simplemente, es que no reunes todos los requisitos de su lista de deseos personales; puede que sí muchos, pero no todos ellos.

Por ejemplo, si a esa persona le encanta alguien inquieto, y tú eres tranquilo/a, difícilmente podrá enamorarse de ti, por muchas otras virtudes que tengas, porque eso es fundamental para esa persona, y si le falta eso, no puede enamorarse de ti.

Nadie tiene la culpa de ello, nadie tiene que cambiar nada por nadie, simplemente, sucede así, nos guste o no. Esto es lo que explica, en la mayor parte de los casos, por qué alguien no siente por ti lo que te gustaría que sintiera.

También, puede ser por alguna razón del contexto, o circunstancial. Puede condicionarle su situación familiar, su entorno laboral, sus amigos, su salud física, etc. Hay numerosos factores que pueden estar influyéndole. Difícilmente puedes cambiar eso, son sus circunstancias, no las tuyas.

Por último, puede ser que tu manera de conquistar a esa persona, de tratar de despertar su amor por ti, no sea la más adecuada. Puede que estés siendo demasiado sumiso/a, o demasiado dominante, o demasiado dependiente, o demasiado independiente, o demasiado distante, demasiado invasivo/a, etc. Ahí, es donde sí puedes modificar algo. Por ejemplo, ¿sigues el primer mandamiento de la seducción?

A partir de ahora, si te preguntas «¿Por qué no me quiere?», y quieres mejorar la situación, presta atención, sobre todo, a este último grupo de variables, que son sobre las que puedes actuar y que dependen de ti.

(Artículo redactado por Alberto Hidalgo, psicólogo colegiado nº MU-03548)

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